Enterarse de que su hijo tiene cáncer es uno de los momentos más aterradores que un padre puede afrontar. En ese instante, su mundo cambia. Las preguntas se agolpaban en su mente: ¿Por qué mi hijo? ¿Cómo se trata? ¿Se recuperará?
Los niños no son solo adultos pequeños, y sus cánceres tampoco son iguales. El cáncer es mucho más común en adultos que en niños. Si bien el cáncer pediátrico sigue siendo la principal causa de muerte por enfermedad en niños desde su nacimiento hasta los 14 años, es muy poco frecuente.
“Los cánceres pediátricos representan aproximadamente el 1% de todos los diagnósticos de cáncer en Estados Unidos”, afirmó el DoctorJoseph Torkildson , hematólogo y oncólogo pediátrico del Banner Children's. “Cada año se diagnostican alrededor de 1,6 millones de casos de cáncer en adultos, mientras que se diagnostican unos 16.000 casos de cáncer pediátrico”.
Conocer las diferencias entre el cáncer infantil y el cáncer en adultos puede ayudarle a comprender la situación, la atención que recibirá su hijo y a sentirse un poco menos solo durante este período tan abrumador. Aquí presentamos seis diferencias clave entre el cáncer pediátrico y el cáncer en adultos.
1. Los tipos de cáncer son diferentes
Una de las primeras cosas que puede notar es que el tipo de cáncer que padecen los niños suele ser muy diferente al que padecen los adultos. En los adultos, los cánceres más comunes afectan a los pulmones, la mama, el colon, la próstata y el páncreas. En los niños, los cánceres pediátricos suelen aparecer en la sangre, el sistema linfático, el cerebro y los huesos.
Algunos de los cánceres pediátricos más comunes incluyen:
- Leucemia , especialmente leucemia linfoblástica aguda (LLA)
- Tumores cerebro y espinales
- Linfomas , incluidos el linfoma de Hodgkin y el no Hodgkin
- Sarcomas, que son cánceres de los huesos o de los tejidos blandos.
- Cánceres raros exclusivos de los niños, como el retinoblastoma y el neuroblastoma
“Los cánceres infantiles tienden a desarrollarse a partir de tipos de células diferentes a los de los cánceres adultos”, afirmó el Dr. Torkildson. “Por ello, los tratamientos deben diseñarse específicamente para niños, considerando tanto el tipo de cáncer como la edad y el crecimiento del niño”.
2. El cáncer en los niños suele crecer más rápido
Los cánceres pediátricos pueden desarrollarse más rápidamente que los cánceres en adultos. Si bien esto puede parecer alarmante, hay un lado positivo: los cuerpos de los niños suelen responder bien al tratamiento.
“Las células de los niños se dividen rápidamente, por lo que los tumores pueden crecer más rápido”, dijo el Dr. Torkildson. “Pero esta misma característica los hace más sensibles a la quimioterapia y otros tratamientos, lo que puede conducir a tasas de remisión más altas”.
Dado que los cánceres pediátricos pueden progresar rápidamente, el diagnóstico y el tratamiento tempranos son importantes. Preste atención a síntomas inusuales, como hematomas inexplicables, fiebre crónica, bultos inusuales o cambios en el apetito o los niveles de energía.
3. Las causas suelen ser diferentes
Si bien factores del estilo de vida como el tabaquismo, la dieta y la exposición al sol contribuyen a muchos cánceres en adultos, los cánceres infantiles rara vez son causados por alguna acción suya o de su hijo. La mayoría de los cánceres pediátricos son resultado de mutaciones genéticas. Estas son alteraciones en el ADN que ocurren antes del nacimiento o en las primeras etapas del desarrollo celular.
“Los padres a menudo se sienten culpables, pensando que de alguna manera causaron el cáncer de su hijo, pero la mayoría de los casos no se pueden prevenir”, dijo el Dr. Torkildson. “Los cambios genéticos aleatorios o las condiciones preexistentes juegan un papel mucho más importante que cualquier factor del entorno del niño”.
Dado que las causas no suelen estar relacionadas con el estilo de vida, actualmente no existe una forma comprobada de prevenir la mayoría de los cánceres pediátricos. Los investigadores están estudiando los factores de riesgo genéticos para mejorar la detección temprana y las opciones de tratamiento en el futuro.
4. Los niños suelen responder mejor al tratamiento
En ocasiones, el cuerpo de los niños tolera mejor los tratamientos agresivos que el de los adultos. Tratamientos como la quimioterapia de dosis alta pueden ser más eficaces en los niños porque sus órganos son resistentes y aún están en desarrollo.
“El tratamiento del cáncer pediátrico está diseñado para atacar el tumor con la mayor eficacia posible”, afirmó el Dr. Torkildson. “En ocasiones, podemos administrar dosis más altas o terapias más intensivas porque el cuerpo de los niños se recupera de forma diferente al de los adultos”.
Si bien la quimioterapia, la cirugía y la radioterapia se utilizan tanto en adultos como en niños, los médicos seleccionan cuidadosamente el tipo y la dosis de cada tratamiento para minimizar los efectos secundarios a largo plazo y maximizar las posibilidades de curación. Los niños también se benefician de la medicina de precisión, que ataca el cáncer de forma más directa, preservando las células sanas siempre que sea posible.
5. Los efectos secundarios a largo plazo son una preocupación mayor
Dado que los niños tienen muchas décadas por delante después del tratamiento, los médicos vigilan cuidadosamente los posibles efectos tardíos. Estos pueden aparecer meses o incluso años después de finalizar el tratamiento y pueden incluir:
- Problemas cardíacos
- Desafíos de fertilidad
- Cambios en el crecimiento o en las hormonas
- Cánceres secundarios
“Aunque los niños suelen sobrevivir al cáncer con mayor frecuencia que los adultos, debemos pensar en su salud a largo plazo”, afirmó el Dr. Torkildson. “Los seguimientos regulares y los planes de atención para la supervivencia son importantes para detectar a tiempo cualquier efecto tardío y controlarlo eficazmente”.
6. El impacto emocional y familiar es único
Un diagnóstico de cáncer infantil afecta más que el cuerpo del niño. Afecta la escuela, las amistades y el desarrollo emocional. Las familias suelen experimentar estrés, preocupación y cambios en las rutinas diarias. Los hermanos pueden sentirse excluidos o ignorados, y los padres pueden experimentar ansiedad o culpa.
“El cáncer no solo afecta al paciente, sino a toda la familia”, afirmó el Dr. Torkildson. “Brindar apoyo emocional tanto al niño como a la familia es tan importante como el tratamiento médico”.
Muchos centros oncológicos pediátricos, como Banner Children's, ofrecen asesoramiento, apoyo educativo y conexión con otras familias que atraviesan experiencias similares. Estos servicios pueden ayudar a su hijo a mantenerse motivado en la escuela, conservar amistades y manejar el estrés durante el tratamiento.
Apoyando a su hijo durante la lucha contra el cáncer
Enfrentar el cáncer pediátrico es abrumador, pero su hijo no tiene por qué pasar por ello solo. La atención pediátrica especializada garantiza que el tratamiento se adapte a las necesidades únicas de su hijo, mientras que el apoyo continuo ayuda a su familia a afrontar los desafíos médicos y emocionales.
En Banner Children's, nuestro equipo de oncólogos pediátricos, enfermeras, trabajadores sociales y consejeros colabora para guiar a su hijo y a su familia en cada etapa del proceso, desde el diagnóstico hasta el tratamiento y la supervivencia. Nos centramos no solo en curar el cáncer, sino también en ayudar a su hijo a vivir una vida sana y feliz durante muchos años.
Si bien el cáncer infantil es grave, los avances en oncología pediátrica han mejorado drásticamente las tasas de supervivencia. El equipo de atención médica de su hijo está aquí para apoyarlo en cada etapa del proceso.